Violencia en la infancia: violencia domestica
Por Heidy Ferreyra y Karen Maya
Todos los años, 275 millones de niños
y niñas de todo el mundo sufren a
causa de la violencia doméstica y
padecen las consecuencias de una
turbulenta vida familiar. La violencia
contra niños y niñas conlleva abuso
físico y psicológico, abandono o negligencia, explotación y abuso sexual.
Entre los perpetradores de acciones
violentas contra niños y niñas están
los padres y madres y otros miembros
de la familia.
Efectos de la violencia domestica
Los niños criados en «hogares abusivos» pueden sentirse responsables del abuso que uno de sus progenitores ejerce sobre el otro, tener pesadillas y problemas para dormir, tener problemas en el colegio, desarrollar los trastornos alimentarios y desarrollar tendencias agresivas. Además, la situación les hace más vulnerables a caer en manos de "gente equivocada" que se presta a ayudarles de forma nada adecuada. Esto les hace víctimas fáciles de todo tipo de abusos.
Por otra parte, la situación le puede provocar experiencias de ansiedad que pueden derivar en problemas de pánico.
Al llegar a la adolescencia, la situación puede empeorar aún más. El adolescente que ha vivido esta situación puede comenzar a autolesionarse, recurrir al alcohol o a las drogas, tener relaciones sexuales inapropiadas con el único objetivo de obtener afecto, sufrir depresión, tener baja autoestima o sufrir diferentes problemas de salud mental. Además, puede llegar a convertirse en víctima o incluso en maltratador, y comportarse de manera ofensiva con los demás, tanto dentro de casa como fuera de ella.
¿Como puede prevenirse?
Muchas personas no levantan la vez cuando son víctimas de abusos domésticos, aunque "sólo" sean verbales. Las razones son diversas. Pero si no lo hacen por ello/as mismo/as, por su seguridad e integridad, deben hacerlo por sus hijos. No hay excusas.
Los niños necesitan saber que pueden confiar en alguien, que están seguros y que las personas que les importan están seguras también.